La agresión a Noel Gallagher en Toronto

En los últimos meses os hemos contado (como otros tantos millones de revistas en todo el mundo, pues se trata de Oasis) que los “irritantes” hermanos Gallagher sacaban nuevo disco (“Dig Out Your Soul”), que venían de gira por España, que “invitaban a abandonar la banda” a su tercer batería (el hijo de Ringo Starr, cansado de la prepotencia de Noel y Liam) y que, recientemente, ya tenían preparado ya el nuevo material para su nuevo disco. Todo, sin duda, de gran interés. Pero lo que se nos escapó es la agresión que sufrió, ante 25.000 espectadores, el “bueno” de Noel durante un concierto en Toronto el pasado 7 de septiembre… (vale, lo mismo llegamos un “poquito” tarde y ya habéis visto el vídeo, pero no deja de ser un documento… ¿gracioso?).

El caso es que estaba el grupo de Manchester tocando su último hit, “Morning Glory”, cuando un “fan” apareció de repente por detrás del escenario y le propinó tal empujón a Noel que éste no pudo más que empotrarse contra el suelo. En algún sitio se ha llegado a decir que el guitarrista fundador de Oasis llevaba gran parte del concierto quejándose por un terrible dolor de espalda, gesticulando por el malestar que le producía su supuesta lesión, y que el buen fan tan sólo quería darle un masaje para aliviarle su pesar.

En algunas web he leído que se lo tuvieron que llevar a un hospital para ver si le habían roto una costilla. En otras que continuaron el espectáculo, 5 minutos después, tocando su archiconocida “Wonderwall”. Pero en lo que nadie se fijó (por increíble que parezca) es en la actitud de su hermano Liam, que después de que tres “armarios” de 3×3 metros encargados de la seguridad del concierto se abalanzaran sobre el pobre infeliz, se puso gallito e incluso intentó agredir al agresor. Pero sólo después de que los encargados de la seguridad le tuvieran bien agarrado, y aún así, se acerca como con miedo, como si el peligrosos desdichado (nunca nadie más supo nada de él, tras desaparecer por el backstage) aún pudiera agredirle a él también.

El mundo está lleno de valientes… encima y debajo del escenario.