Maiden, Van Halen, Judas Priest, Megadeth, Kiss, Black Sabbath, Deep Purple, Led Zeppelin, Saxon y un largo etcétera. Sin embargo en su casa nadie comparte esa admiración por el heavy metal: a su mujer Mary de 83 años no le gusta nada esa "música del diablo", y su hijo Peter de 57, aunque sí ha heredado la afición por la música de su anciano padre y es batería profesional, prefiere el jazz. Por ese motivo Owen suele escuchar sus vinilos en una caseta que se ha construído en el jardín de su casa, y allí, en su santuario del rock, suele pasar hasta 4 horas al día escuchando en un viejo tocadiscos de hace 26 años a sus grupos preferidos. Y no solo eso, como buen heavy metalero a Owen le gusta escuchar sus discos a todo volumen,tan alto que incluso sus bisnietos le han llegado a llamar la atención. "Empecé escuchando a Elvis, y desde entonces nunca he mirado atrás. Mi amor por el rock and roll creció tanto que ahora escucho heavy metal.
Mi esposa es una mujer muy paciente pero esta música es demasiado fuerte para ella, así que en verano me voy a la caseta del jardín. Me siento con un té a escuchar por ejemplo a Megadeth a todo volumen, sin preocuparme del resto del mundo. Cuando los niños estaban en casa a menudo me pedían que pusiera la música más baja o que apagara el tocadiscos, pero el heavy metal sólo vale la pena si se escucha a todo volumen", declaró el entrañable abuelo.
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